Doctorado honoris causa1​ es un título honorífico que da una universidad, asociaciones profesionales, academias o colegios a personas eminentes. Esta designación se otorga principalmente a personajes que han destacado en ciertos ámbitos profesionales y que no son necesariamente licenciados en una determinada carrera.

En España se otorga esta distinción desde 1920.

Etimología y uso

Honoris causa​ (h.c.) es una locución latina cuyo significado es «por causa de honor», una cualidad que conduce a uno al cumplimiento de sus deberes, respeto a sus semejantes y a sí mismo, es la buena reputación que sigue a la virtud, al mérito o a las acciones de servicio, las cuales trascienden a las familias, personas, instituciones y las acciones mismas que se reconocen. Es un alto honor para personas de testimonio social, reconocido e intachable. En la mayoría de los casos, esta locución es antecedida por el término maestro o doctor.

En el haber de todo centro de enseñanza superior que se precie existe una selecta lista compuesta por científicos, investigadores, pensadores o artistas de prestigio distinguidos con el doctorado «honoris causa», algo que constituye, probablemente, uno de los mejores escaparates de su potencial académico y de investigación.

Ceremonia

Véase también: Indumentaria académica hispánica
Mario Vargas Llosa recibiendo el birrete de manos del rector de la Universidad de La Rioja, España (2007).

La concesión, en el ceremonioso ritual de investidura, de distintos objetos relacionados con la universidad clásica encierra toda una exaltación de la docencia y la sabiduría. Como a un caballero de la enseñanza, al doctorando se le impone, de modo sucesivo:

  • el birrete — «…para que no solo deslumbres a la gente, sino que además, como con el yelmo de Minerva, estés preparado para la lucha»;
  • la medalla — el premio a haber hecho las cosas bien
  • los guantes — «Estos guantes blancos, símbolo de la pureza que deben conservar tus manos en tu trabajo y en tu escritura, sean distintivo también de tu singular honor y valía»;
  • el libro — «He aquí el libro abierto para que descubras los secretos de la Ciencia (…) he aquí cerrado para que dichos secretos, según convenga, los guardes en lo profundo del corazón».

Tras la ceremonia, y con la concesión al nuevo doctor de las facultades de leer, comprender e interpretar, se le indica: «Toma asiento en la cátedra de la Sabiduría, y desde ella, descollando por tu ciencia, enseña, orienta, juzga y muestra tu magnificencia en la universidad, en el foro y en la sociedad», comprometiéndose este a guardar las leyes y el honor de la universidad y prestarle favor, auxilio y consejo.